Enfermedad de manos, pies y boca


Enfermedad de manos, pies y boca

La enfermedad de manos, pies y boca (HFMD, por sus siglas en inglés) es una enfermedad contagiosa que es causada por diferentes virus. Los bebés y los niños menores de 5 años tienen más probabilidades de contraer esta enfermedad. Sin embargo, los niños más grandes y los adultos también pueden contraerla. En los Estados Unidos es más común que las personas contraigan la enfermedad de manos, pies y boca entre la primavera y el otoño.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de manos, pies y boca?

Los síntomas normalmente comienzan con fiebre, apetito reducido, dolor de garganta y malestar. Uno o dos días después de que aparece la fiebre, se pueden producir llagas dolorosas en la boca. También puede aparecer un sarpullido rojo con puntitos planos en las palmas de las manos y las plantas de los pies. A veces, el sarpullido también aparece en las rodillas, los codos y las nalgas. Estas erupciones se pueden convertir en ampollas, pero no picarán.
No todas las personas tendrán todos estos síntomas. Algunas podrían no tener ningún síntoma, pero aun así, pueden transmitir el virus a otras personas.

¿Es grave la enfermedad de manos, pies y boca?

La enfermedad de manos, pies y boca por lo general no es grave. Normalmente es leve y casi todos los pacientes se recuperan en entre 7 y 10 días sin tratamiento médico. No es común que se presenten complicaciones.
En raras ocasiones, la persona infectada puede presentar meningitis viral* (que se caracteriza por fiebre, dolor de cabeza, rigidez de cuello o dolor de espalda) y necesitar ser hospitalizada durante unos días. Otras complicaciones aún menos comunes pueden incluir una parálisis similar a la de la poliomielitis, o encefalitis (inflamación del cerebro) que podría ser mortal.

¿Es contagiosa?

Sí. Los virus que causan la enfermedad de manos, pies y boca se pueden encontrar:
  • en las secreciones de la nariz y la garganta (saliva, esputo, mucosidad nasal);
  • en el líquido de las ampollas; y
  • en las heces (caca) de la persona infectada.
La transmiten las personas infectadas a través de lo siguiente:
  • el contacto cercano (como al dar besos o abrazos) o al compartir vasos y cubiertos;
  • la tos y los estornudos;
  • el contacto con heces, por ejemplo al cambiar un pañal;
  • el contacto con el líquido de las ampollas; y
  • al tocar objetos o superficies que tengan el virus.
Las personas con la enfermedad de manos, pies y boca son más contagiosas durante la primera semana de la enfermedad. Sin embargo, pueden permanecer contagiosas por varias semanas después de que los síntomas hayan desaparecido. Algunas personas, especialmente los adultos, podrían no presentar ningún síntoma, pero aun así pueden transmitir los virus a otras personas.
Niña con fiebre recostada, con un termómetro en la boca y un paño frío sobre la frente.
La enfermedad de manos, pies y boca puede causar fiebre, llagas en la boca y sarpullido en las palmas de las manos y las plantas de los pies.

¿Quiénes están en riesgo de contraerla?

La enfermedad de manos, pies y boca afecta principalmente a los bebés y a los niños menores de 5 años. Sin embargo, los niños más grandes y los adultos también pueden contraerla. Cuando una persona contrae esta enfermedad, su cuerpo crea inmunidad contra los virus específicos que causaron esa infección. Sin embargo, como hay varios virus que pueden causarla, se puede volver a enfermar.

¿Hay tratamiento?

No hay un tratamiento específico para la enfermedad de manos, pies y boca. La fiebre y el dolor se pueden controlar con medicamentos de venta sin receta, como acetaminofeno o ibuprofeno, que reducen la fiebre y alivian el dolor. Es importante que las personas con esta enfermedad beban abundantes líquidos para prevenir deshidratarse (perder líquidos corporales).

¿Se puede prevenir?

No hay una vacuna que proteja contra la enfermedad de manos, pies y boca. No obstante, usted puede disminuir el riesgo de infectarse por los virus que la causan al tomar unas medidas sencillas:
  • Lávese frecuentemente las manos con agua y jabón durante 20 segundos, especialmente después de cambiar pañales, y ayude a los niños pequeños a hacer lo mismo.
  • Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca si no se ha lavado las manos.
  • Evite el contacto cercano, como dar besos y abrazos, o compartir vasos o cubiertos con las personas que estén enfermas.
  • Desinfecte las superficies y los objetos que se tocan con frecuencia, como los juguetes y las manijas de las puertas, especialmente si alguien está enfermo.

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